Trataremos en este artículo de explicar los criterios y conceptos que toda familia debe tener claros antes de iniciar los primero pasos para que sus hij@s estudien en una buena universidad en los Estados Unidos. Y para ello es imprescindible comprender y seguir los siguientes 3 consejos básicos:
Lo primero es saber distinguir entre el 5% de verdaderas universidades TOP y el 95% restante de universidades norteamericanas mediocres. Después deberemos conocer los procesos de aplicación que requieren unas y otras, que son muy muy distintos. Y por último, aprender a distinguir los servicios que ofrecen las agencias y consultorías en función de su complejidad y costes, lo cual nos permitirá conseguir admisiones TOP o nos condenará a la mediocridad del 95% restante. Veamos cada uno de estos 3 consejos detalladamente:
1) Categorías de Universidades:
La mayoría de familias españolas interesadas en que sus hij@s estudien en una buena universidad de EE.UU. por desgracia desconocen las enormes diferencias cualitativas que existen entre todas ellas. En USA existen 4.300 universidades, de las cuales apenas el TOP 200 merecen realmente el esfuerzo económico y sentimental que supone enviar a tus hij@s allí. Dicho de otra manera, más del 95% de las universidades de Estados Unidos son de muy bajo nivel académico, escasos recursos, nulo prestigio e instalaciones ridículas en comparación con las universidades de alto nivel. Incluso entre las TOP 200 existen diferencias importantes y esas 200 las podemos clasificar en categorías de la 1 a la 4, mientras que las 4.100 restantes las clasificamos de la categoría 5 a la 9.
Ese 95% de universidades de bajo nivel, a pesar de ser en su mayoría privadas, son mucho más baratas que las Top 200, entre las cuales encontramos privadas y públicas. Sin embargo, ese 95% de universidades, para no parecer tan cutres a los ojos de los incautos, inflan sus precios hasta niveles similares a los de las buenas universidades. Eso sí, acto seguido y de manera indiscriminada ofrecen generosísimas becas deportivas y académicas a todo quisqui, que rebajan el coste a “solo” 30, 20 o incluso 10.000 euros anuales incluyendo todo: Matrícula, habitación, comidas, seguro médico, libros, etc. Es decir, todas ellas dicen valer 40, 50.000 o incluso más, pero automáticamente ofrecen jugosas becas con cualquier excusa para que el coste neto no pase de esos 1.000 o 2.000 euros al mes todo incluído. Además, ni siquiera hace falta que tus hij@s tengan buen nivel deportivo o académico para que te ofrezcan una generosa beca, porque se trata más bien de descuentos comerciales que aplican a absolutamente todos sus alumnos.
En cuanto a las 4 categorías de las top 200, no siempre se ajustan perfectamente a sus puestos en los rankings, que por otra parte varían sensiblemente en función también de las carreras que se quiera estudiar. Además, existen rankings que están distorsionados por intereses económicos, y por tanto son poco fiables. Así pues, encontramos universidades de categoría 1 tanto en el top 25 como también más allá del 50. Por otra parte, también podemos encontrar universidades de categoría 3 o 4 entre las top 100 de los rankings y no solo en los puestos 100-200. Pero insisitimos, por debajo de las top 200, serían ya universidades de bajo nivel que, en nuestra opinión, no merecen en absoluto el esfuerzo económico y sentimental que supone enviar a nuestros hij@s a estudiar a los EE.UU. Y para aquellos que se estén preguntando si es posible empezar en una universidad de bajo nivel y después transferirse a una de alto nivel en el segundo año, debemos decirles que es prácticamente imposible, y quien diga lo contrario miente. A igualdad de nivel o a peor nivel sí que es posible transferirse, pero acceder a una de alto nivel por la puerta trasera no es realista en absoluto.
2. Tipos de procesos de aplicación:
Muchas agencias en España ofrecen precisamente ese nicho de universidades de bajo nivel y altas becas, lo cual está bien para aquellas familias que no dispongan de más presupuesto que esos 10, 20 o 30.000 eur anuales para cubrir todos los gastos de sus hijos en USA y les importe poco el nivel académico. Pero ojo! También existen familias que aspiran a universidades de alto nivel (Top 200, Top 100 o Top 10) porque tanto el nivel académico de sus hij@s como el de sus presupuestos lo permiten. Y sin embargo, la mayoría de agencias igualmente canalizan sutilmente a esos alumnos hacia esas 4.100 universidades de bajo nivel.
¿Por qué? Pues muy sencillo: Conseguir admisiones en universidades de alto nivel requiere de muchísima más dedicación por parte de los consultores, muchísimas horas de trabajo, muchas horas de clases particulares, muchas repeticiones de exámenes oficiales, mucha más antelación a la hora de iniciar el proceso, mucha más documentación que conseguir, elaborar y completar, mucha más atención a todos los detalles, muchas videollamadas, actividades, voluntariados, muchas redacciones y un larguísimo etc. Todo ello con incontables horas de trabajo y un elevado coste de consultoría. Es decir, conseguir admisiones en universidades TOP o de categorías 1, 2, 3 y 4 es como jugar en otra liga totalmente distinta a los procesos que suelen realizar la mayoría de agencias en España, que no está diseñado ni mucho menos para adaptarse a las exigencias de los Comités de Admisión de las universidades TOP.
No obstante, ninguna agencia va a impedir a sus alumnos que apliquen a Harvard, Stanford, MIT, etc., y además les va a hacer creer que tienen ciertas posibilidades. Pero la cruda realidad es que sus probabilidades de admisión son absolutamente nulas, puesto que los procesos que les van a realizar están enfocados a universidades de bajo nivel. Es como tratar de llegar a la Luna con una avioneta que, por más digna y reluciente que ésta sea, jamás te va a permitir siquiera acercarte al objetivo. Obviamente ni las prestaciones ni el coste de una avioneta son comparables a los de una nave capaz de alunizar.
Et voilà! Cuando los rechazos en todas las buenas universidades son ya una realidad, esas agencias canalizan inevitablemente a sus alumnos hacia alguna de esas 4.100 de bajo nivel, que les reciben con los brazos abiertos y generosísimas becas. Pero ojo, que nadie nos malinterprete: Esas opciones de bajo nivel no son ningún timo para aquellas familias cuya prioridad es que sus hij@s estudien por poco dinero en USA sin importar el nivel ni el prestigio académico. Sin embargo ese no es el resultado deseado para aquellas familias cuyos bolsillos son algo más holgados y quieren priorizar la calidad académica, el prestigio y las posibilidades profesionales de futuro que ofrecen las universidades de alto nivel. Esas familias se sienten decepcionadas con el servicio recibido por esas agencias, porque lo que comenzó con promesas de altisonantes admisiones, acaba inevitablemente con admisiones de medio pelo aunque, eso sí, con generosas becas y costes netos muy reducidos. En definitva, que para ese viaje no necesitaban alforjas.
A menudo llegan a nosotros familias que, ya en pleno proceso, se han percatado de su error en la elección del servicio y ya ven claro que sus hij@s no van a conseguir las admisiones deseadas con la escasa ayuda que están recibiendo. Por desgracia para entonces ya han perdido -además de dinero- preciosísismos meses, y no siempre están a tiempo de iniciar un buen proceso competitivo sin tener que improvisar un año sabático. Y es que las admisiones de alto nivel requieren entre otras muchas cosas aplicar con mucha más antelación que las de nivel medio y bajo.
3. Costes de agencias y consultores para aplicar a universidades TOP:
En resumidas cuentas, no hay duros a cuatro pesetas. Y es absurdo que familias que se plantean asumir costes universitarios de 40, 60 u 80 mil euros anuales escatimen de entrada en el coste de la empresa de consultoría, que es nada menos que el embrión del futuro universitario de sus hij@s. Los procesos que pueden verdaderamente garantizar admisiones en universidades norteamericanas de alto nivel son complejos, requieren de mucho esfuerzo tanto del alumn@ como de sus consultores y son inevitablemente costosos. Por tanto, debemos desconfiar de los procesos que no lo sean, al igual que debemos desconfiar de la calidad académica y categoría de las universidades que regalen generosísimas becas con gran facilidad (podéis releer aquí nuestro artículo titulado “Estudiar en Estados Unidos con beca: Toda la verdad“).
Tanto en Estados Unidos como en Reino Unido existen diversas empresas consultoras verdaderamente especializadas en admisiones de alto nivel, y todas ellas tienen costes que superan ampliamente los $10,000, $15,000 o incluso $20,000 incluyendo clases particulares intensivas, infinidad de horas de trabajo y reuniones durante prácticamente dos años que duran los procesos. No nos engañemos, sólo ese tipo de procesos os podrá garantizar admisiones en la Champions Leage de Universidades norteamericanas (léase Ivy League y resto de universidades TOP o de categorías 1 a 4).
Por qué las familias humildes consiguen peores admisiones:
Es un debate recurrente en los Estados Unidos el hecho de que los estudiantes que proceden de familias humildes suelen obtener peores admisiones universitarias que los de familias acomodadas. La razón principal no es una discriminación clasista por parte de los Comités de Admisión en absoluto. Pero sí que es determinante el hecho de que las familias acomodadas pueden pagar mejores empresas de consultoría universitaria para potenciar sus procesos de aplicación y garantizar mejores admisiones para sus hijos. En la mayoría de casos los padres contratan a esas empresas al menos 2 y 3 cursos antes de que finalicen el High School. En cambio, las familias humildes deben conformarse con el limitado soporte que reciben de empresas más económicas (que les suelen costar menos de 5,000 dólares) o incluso solo con la ayuda gratuita que ofrecen los colegios privados y públicos en USA, a todas luces insuficiente. Todos ellos, lamentablemente, en clara desventaja competitiva respecto a las familias que contratan consultores de alto nivel y coste.
Esperemos que artículos como éste contribuyan a abrir los ojos de las familias, y que sepan qué cabe esperar en función del presupuesto y las prioridades que cada uno pueda tener.