Emanciparse con 21 años.

Tal y como está el patio en España, soñar con tener hijos emancipados a los 21 añitos, recién salidos de la universidad, es pura ciencia ficción. Si comentáis este tema con padres y madres con hijos adolescentes o ya adultos, veréis como todos sueñan con poder ver a sus hijos volar del nido antes de los 30. Pero lamentablemente muy pocos lo consiguen sin tener que compartir piso con otros jóvenes en su misma situación de precariedad.

Incluso se ven casos de hijos que tienen que volver a vivir con sus padres después de los cuarenta, debido a que les han echado del trabajo, han fracasado en sus negocios o simplemente se han separado de sus parejas y ya no se pueden mantener en un piso por sí solos, sin compartir gastos y disponer de dos sueldos para llegar a fin de mes.

En definitiva, la situación económica de nuestro país hace que sea prácticamente imposible que nuestros jóvenes recién salidos de la universidad, incluso aquellos que eligieron la carrera correcta y se graduaron en universidades españolas prestigiosas, puedan emanciparse y volar del nido. Podéis leer el artículo que escribimos hace ya 3 o 4 años titulado “¿Por qué nuestros hijos deberían marcharse de España?“.

¿Qué le espera a un recién graduado en España?

Por desgracia, nuestros hijos en España, a pesar de sus flamantes titulaciones universitarias, no podrán vivir en su propia casa al menos hasta los treinta y tantos, si tienen suerte. Poco importa si su carrera o su master fue otorgado por una universidad española pública o privada, o si su titulación es de las que tiene mejor salida. El magro panorama económico al que se enfrentan los jóvenes (y no tan jóvenes) recién graduados en nuestro país ha normalizando tener que vivir de alquiler compartiendo pisos antiguos y pequeños. Con 21 añitos y recién salidos de la universidad ni tan siquiera sueñan con poder comprar con hipoteca un piso nuevo, con parking y servicios como piscina o gimnasio comunitarios. Eso es pura ciencia ficción para nuestros hijos recién graduados.

Los que puedan irse de casa de sus padres recién salidos de la universidad lo harán para malvivir en una situación probablemente muy precaria… y se considerarán casos de éxito! Pero la inmensa mayoría estarán atados durante muchos años a su habitación de toda la vida en casa de sus padres, hasta que al menos encuentren una pareja (que tenga también trabajo estable) y puedan repartir gastos, o bien compartirán piso con otros jóvenes en su misma situación de precariedad.

Lamentablemente son rarísimos los casos de jóvenes que se ganan holgadamente la vida después de graduarse en la universidad en España. Raras avis, casi siempre subvencionados por sus padres, que no son más que excepciones que confirman la regla de la miseria juvenil en nuestro país.

¿A qué llamamos emanciparse?

Cuando hablamos de emancipación nos referimos exactamente a eso que estáis pensando, o sea, que nuestros hijos tengan trabajos que les permitan vivir sin apreturas en sus propias casas o apartamentos, sin necesidad de encontrar pareja ni compañeros de piso. Y además que lo hagan en viviendas más que dignas y lleguen a fin de mes holgadamente, es decir, que puedan además ahorrar y pagar su hipoteca, su coche, su seguro, sus vacaciones, etc.

Esa emancipación cómoda, después de haberse formado en la universidad debería ser el escenario normal para nuestros hijos. Al fin y al cabo no estamos hablando de jóvenes con escasos estudios y circunstancias marginales, sino de jóvenes que han tenido el privilegio de tener una formación universitaria en España. Estamos hablando de jóvenes con estudios superiores, bien formados y competentes. Pero a pesar de ello, incluso nuestros jóvenes con formación universitaria están a años luz su emancipación en nuestro país. Y eso no lo deberíamos normalizar, en absoluto.

¿Es posible que nuestros hijos se emancipen con 21 años y recién graduados de la Universidad?

La respuesta rotunda es SÍ, pero lamentablemente no en España. Ese escenario, aparentemente de ciencia ficción, en el que nuestros hijos con 21 añitos y recién graduados de la universidad vuelan del nido majestuosamente, existe, pero más allá de nuestras fronteras. Y el paradigma del éxito de la juventud preparada y competente lo encontramos en el sistema universitario de los EE.UU. Evidentemente no es solo mérito de la calidad de la educación universitaria (que en el top 100 de las mejores universidades del país es extrema), sino que también es mérito de una economía norteamericana creciente, dinámica y eficiente.

El sueño americano todavía es posible para los jóvenes universitarios bien formados en USA. El sistema universitario TOP en Estados Unidos es un verdadero imán para el talento. Y el tejido empresarial y la eficiencia de la economía norteamericana propician el progreso del talento universitario. La bonanza económica hace el resto.

Recordemos que el paro actual en USA es de tan solo el 4% y las oportunidades de empleo abundan, especialmente para lso jóvenes con estudios universitarios. Como debe ser! El resultado es que en Estados Unidos tenemos ex-alumnos nuestros que se graduaron en USA, y que con tan solo 21 añitos y recién salidos de la universidad tienen sueldos netos entre $50,000 y $150,000 anuales (dependiendo lógicamente del tipo de carrera elegida), que les permiten alquilar o comprar una vivienda nueva, con servicios como piscina, gimnasio, etc. Y aquí debemos desmentir otra falacia: El coste de la vida en USA es tan solo ligeramente superior al de España, podríamos decir a grosso modo que vivir allí puede costar un 10-15% más que en Madrid, pero cobrando el doble o el triple que aquí.

La prueba de ello es que prácticamente ningún joven norteamericano, recién graduado en USA, regresa a vivir con sus padres después de acabar sus estudios universitarios, y los pocos que lo hacen, desde luego, no es por necesidad.

¿Todas las universidades en USA garantizan el futuro de nuestros hijo?

Obviamente no. En EE.UU. existen 4300 universidades, y de ellas solamente las mejores 100 tienen esa capacidad de garantizar la emancipación holgada de nuestros hijos. Entre esas 4300 hay literalmente miles de universidades malas, malísimas y horrorosas. Pero si conseguimos que nuestros hijos sean admitidos en una de las TOP 100 estaremos pavimentando su futuro inmediato de la mejor manera posible. Es, desde luego, un gran esfuerzo económico por parte de los padres, pero indudablemente es la mejor herencia que podemos dejar a nuestros hijos. Os recomiendo leer nuestro artículo sobre las Universidades TOP y Ivy League“.

Pros y contras de estudiar en una universidad TOP en USA

Simple y llanamente, estudiar en una universidad TOP 100 en USA sólo tiene un inconveniente: El precio. A pesar de que hagamos un excelente proceso de aplicación, la competencia con otros estudiantes de todo el mundo es muy fuerte. Y las becas para estudiantes internacionales son mucho más escasas que para los estudiantes nativos y residentes en USA. Sin embargo, más abajo de las Top 100, en el segmento de universidades de nivel medio y medio-bajo, los costes se reducen drásticamente y las becas se incrementan enormemente (cuidado con las “generosas” becas deportivas). Pero ojo! También se reduce drásticamente la calidad de la enseñanza y las oportunidades para los recién graduados en ese tipo de universidades de medio pelo, para nada recomendables según nuestra opinión profesional y personal.

No nos cansaremos de repetir que para ir a una universidad por debajo del top 100 de los EE.UU. es mejor quedarse en una buena universidad española o de la Unión Europea o de Asia. Pero si disponemos del presupuesto suficiente y conseguimos admisión dentro del top 100 de USA, el éxito para nuestros hijos está garantizado y los tendremos holgadamente emancipados en cuanto se graduen con tan solo 21 añitos.

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